En el Vallès Oriental, comarca de la provincia de Barcelona, encontramos Caldes de Montbui: un pueblo que no te puedes perder si quieres conocer mejor la historia de Cataluña. Aquí estuvieron viviendo diferentes generaciones culturas diferentes: De entre las civilizaciones más conocidas, destacamos los íberos y romanos. Tenemos que reconocer que Caldes de Montbui, no es un pueblo muy grande, pero es imposible que te decepcione, eso lo tenemos clarísimo.
Conocer todos los rincones en profundidad, implicará alguna que otra pequeña excursión, pero aquí no os proponemos nada que no valga la pena. ¿Estáis listos para descubrir qué hacer en Caldes de Montbui?
Font del Lleó
Para empezar esta ruta, tendrás que ir hasta la plaza principal del pueblo, la Plaça de la Font del Lleó. Para llegar tendrás que atravesar el centro histórico. Ahí encontrarás el motivo del nombre de la plaza: una fuente con forma de la cabeza de un león. Pero eso no es lo más curioso de todo, damos por hecho que lo que te va a sorprender más es el agua que sale de forma totalmente natural, a 74ºC. La fuente es una característica del pueblo, y razón no falta, ya que lleva en Caldes desde el siglo XVI (aunque fue restaurada en 1927).
Seguramente ahora entenderás mejor el porqué del eslogan del pueblo: “Caldes, el poble que bull”, que traducido al castellano significa “Caldes, el pueblo que hierve”.
Para los habitantes es tradición ir hasta la fuente y pasar la mano (rápido, evidentemente) por el agua. Puede que hasta te encuentres a algunos vecinos embotellando el agua para uso personal. Lo cierto es que la empresa Pastes Santmartí usa el agua termal para hacer la pasta.
Termes Romanes
La Plaça de la Font del Lleó reúne algunos de los sitios más impresionantes e importantes del municipio, pues se encuentra en el centro del pueblo y siempre ha sido el lugar de reunión. Es por ello que, dado que ya te encontrarás allí, no puedes perderte la oportunidad de visitar las termas romanas, que datan del siglo I a.C…
Se han hecho diversas excavaciones en la plaza, y se ha confirmado la existencia de más piscinas termales, aunque hoy en día solo podrás ver una parte de todo lo que fueron.
Además, es necesario decir que son una de las termas romanas mejor conservadas en toda la Península Ibérica.
Definitivamente los romanos escogieron un gran lugar para situarse, ¡no les podría haber sido más fácil hacerse unas piscinas termales!
Parc de Can Rius
Después de haber admirado las termas romanas de Caldes, dirígete al Parc de Can Rius, al que podrás acceder cruzando un puente, y puedes elegir si quieres pasar por el antiguo puente (del siglo XIII) o por el moderno, que te permitirá fotografiar el puente histórico y disfrutar de las vistas.
Una vez hecho esto llegarás al parque. Allí hay espacio de sobras para descansar, tomar algo y jugar (con niños y perros, pues estos últimos tienen un espacio reservado).
Gorg dels Pèlags
Una vez hayas hecho todo esto, estamos convencidos de que te apetecerá un baño fresquito o visitar una de las mejores pozas y saltos de agua de la zona… y como ya te hemos dicho, Caldes tiene muchísimo por ofrecer: también este gorg.
En la salida del Parc de Can Rius hay una rotonda, y una de las calles es Carrer Torre Roja. Siguiendo las indicaciones llegarás a una intersección (el Roure Gros), a partir del cual deberás seguir camino hacia arriba en dirección a la torre roja. Aunque en esta zona parece que el camino se complica un poco, yendo con cuidado de no resbalar llegarás sano y salvo a tu destino que está a la mitad del camino: el gorg dels Pèlags. Para encontrar la desviación a medio camino que te llevará hasta el gorg, puedes guiarte a partir de la ruta que puedes ver en el mapa que te dejamos al principio de este post, así como también podrás encontrar fácilmente un cartel a lo largo de la ruta que indica la desviación en una curva ancha hacia la izquierda.
Aunque no es común bañarse en este gorg (solo para valientes), puedes disfrutar de un perfecto baño o sacar unas fotos súper bonitas del lugar.
Poblat Íber i Torre Roja
Tras haberte relajado y cogido energía, la aventura continúa.
Ya que ya has empezado a conocer la evolución del pueblo, no puedes perderte una de las partes más importantes: poblado ibéro.
Para llegar, tendrás que dirigirte hasta la Torre Roja: una construcción en ruinas situada a muy pocos kilómetros del pueblo, que sirvió como torre de vigilancia hace ya unos cuantos siglos atrás.
Podrás descubrir los restos de lo que fue un poblado íbero, habitado entre los siglos V a.C. hasta el I d.C., cuando se cree que el pueblo fue abandonado para trasladarse a la parte baja.
Caldes está muy influenciada por los romanos, y el pueblo ibérico tampoco se libró de las garras del Imperio: lo que fue el núcleo del pueblo se romanizó en el siglo II a.C..